Celestún y los flamingos en Yucatán

Celestún está a 90 km de Mérida, el chofer del tour hizo una hora de camino por una carretera libre de dos carriles. Me llamó la atención ver una olla de peltre colgada en un árbol al lado de la carretera.

El principal atractivo de la reserva ecológica Ría Celestún es el flamenco/flamingo caribeño o rosa, única población conocida en América del Norte y que tiene a la ría como punto de alimentación y descanso. Parece un río, pero se llama ría porque está conectada directamente con el mar, y aunque tiene brotes de agua dulce, el agua es salada.

Tomamos el paseo en lancha que dura una hora. Después de unos minutos de viaje, el horizonte se veía rosa. Hay aprox. 20,000 flamingos en la ría. La lancha solo se puede acercar a cierta distancia, pasaban de las 11:00 y aunque había muchos flamingos cerca, la mayoría eran los que pintaban la línea rosa en el horizonte. Más temprano, los flamingos están más cerca y más juntos.

Después de observar a los flamingos, el paseo continua en el manglar y luego visitamos un ojo de agua dulce con agua sumamente clara donde es posible nadar para refrescarse.
Posteriormente comimos en un restaurante con palapas frente al mar azul-verdoso; la arena es fina de color obscuro.

Mi plan al día siguiente era ir a Dzibilchaltún, zona arqueológica que data del año 500 a.C. y visitar la playa de Progreso. En esta ocasión, por recomendación del concierge, iría por mi cuenta, tomando la combi de 7 pesos a la zona arqueológica y el colectivo a Progreso de 12 pesos. Luego pensé que si Celestún estaba a tan solo una hora de distancia, podía ir temprano a ver a los flamingos nuevamente y regresar a Mérida y continuar con mi plan original.

Me levanté a las 5:30am para poder llegar a la terminal del autobús y tomar el camión de las 6:00. Todo iba bien, pero no contaba con que el autobús hacía paradas como microbús. Ahí tienen a los chavos de secundaria subiendo y bajando. Me tomó dos horas llegar a Celestún.

Resultó que no había gente con quien compartir la lancha, así que tenía dos opciones, pagar 440 pesos o esperar a que llegara alguien más para dividir el monto entre varios. Decidí esperar. Para las 9:15 llegó una alemana, 20 minutos después una pareja de norteamericanos y luego una pareja de italianos. Mi súper plan de llegar más temprano a ver los flamingos ya no resultó tan efectivo. Ya eran las 10:00.

Aún así la experiencia fue diferente, los flamingos estaban más cerca y no estaban tan dispersados. Para volar primero dan algunos pasos para impulsarse y levantan el vuelo.
Terminó el paseo e inicié el regreso a Mérida, otra vez de dos horas. Ahora pude entender que hacía la olla de peltre en el árbol. Donde está la olla es una parada del camión!

Para cuando llegué a Dzibilchaltún, estaban a punto de cerrar. Decidí no entrar y dirigirme a Progreso a ver el mar una vez más. La vista y escuchar el sonido de las olas es algo que me relaja.

De regreso a Mérida fui al restaurante Los Almendros. Es un lugar muy diferente al restaurante Los Almendros de la Ciudad de México. Es un lugar sumamente tradicional y con un menú 100% yucateco. Todo se veía muy sabroso. Me decidí por los tradicionales panuchos de cochinita y salbutes de pavo.

Momento de regresar a casa.

FECHA DEL VIAJE: Marzo 2005