Segunda visita a Ámsterdam

Concertgebouw
La sala de conciertos es la atracción número 1 de TripAdvisor en Ámsterdam. Escuchar música clásica solo me atrae cuando se trata de piezas que conozco, las cuales son muy pocas, pero decidí darle una oportunidad al Concertgebouw porque al mediodía ofrecían un concierto o ensayo gratis! Ésta fue la primera ocasión donde los holandeses perdieron el estilo, desapareció el orden de siempre. Llegamos 45 minutos antes para hacer fila, pero unos 15 minutos antes del inicio comenzó a llegar gente que se acercaba a la puerta sin respetar la línea. Cuando abrieron las puertas, pues ya era más bien la técnica de portazo y entra como puedas. Nos tocó un ensayo, el director hablaba holandés así que no entendí ni jota de lo que decía. El tema era desconocido para mi, pero fue evidente la calidad de los músicos y la excelente acústica del lugar. Se escuchaba perfecto y ningún asiento quedaba muy lejos de la orquesta. En su página vi que además de conciertos de música clásica realizan otro tipo de shows como performances y conciertos de música de cine. Así que es una opción a considerar en el futuro.

El barrio rojo
Primero pasé por mi cuenta de día, cuando visité La Vieja Iglesia y La Iglesia de Nuestra Señora en el Ático. La primera es una iglesia grande, vacía y sin vida. La segunda es interesante porque se construyó cuando se prohibieron las misas católicas, uniendo los áticos de tres casas contiguas y durante varios años fue la principal iglesia católica en la ciudad. Caminé por algunas otras calles del barrio pero resultó evidente que era un lugar para visitar de noche.

Entonces tomé un tour que comenzaba a las 7pm en Plaza Dam. Era un grupo mixto. El tour comenzó con una pregunta del guía “¿cuál es el mayor peligro en Ámsterdam?” La respuesta: “las bicicletas, son como Ak47s”.

El guía hace el tour informativo y ameno. Llegamos al barrio rojo por una calle aledaña que es la que tiene mayor número de coffee shops en la ciudad. No es un ambiente agradable. El guía va explicando de manera general cómo funciona el barrio rojo, qué lugares hay, el significado de las luces, costos, tanto para las trabajadoras como para los clientes, dónde está la zona elite, cuál es la zona no elite, los teatros, la guardería, un poco de historia.

El barrio rojo es lo que es. Lo interesante es que es legal, por lo que las trabajadoras están registradas como cualquier otro trabajador y pagan impuestos. Cualquiera que sea la razón por la que estén laborando ahí, sea por una temporada o por muchos años, los ingresos son para ellas… y el gobierno.

En bicicleta en Ámsterdam
Otro pendiente del primer viaje era andar en bicicleta en Ámsterdam. Claro que había andado en bicicleta en donde vive mi hermano, pero eso son las afueras de la ciudad, ahí es como un paseo por el parque, muy agradable.

En Ámsterdam hay muchas bicicletas, semáforos para bicis, señalización en el asfalto, coches, peatones. ¡Resulta estresante! Yo pensaba, “el peatón tiene preferencia sobre las bicis”. Al final del día cambié de opinión, “la bici tiene preferencia sobre el peatón”. Si uno toca el timbre en la bici, el peatón se debe quitar. Es fácil para un peatón pararse o moverse, pero para uno que anda en bici es una lata pararse y reanudar la marcha, como tuve que hacerlo cuando una señora turista, que iba en el camino de bicicletas, le toqué el timbre y nada… estuve a punto de pasar a 2 centímetros de ella, pero qué tal que se movía inesperadamente y me la cobraban nueva! Así que tuve que detenerme… Ya respeto más a las bicis. Sí, mi hermano les dirá que exagero, que no es para tanto esto de andar en bici en la ciudad, pero si van, hagan la prueba!

Cerca de Ámsterdam

En el primer viaje, más por obligación que por interés genuino, visité el Rijksmuseum (Museo del Reino). Me gustó porque de alguna forma cuenta la historia de Holanda a través del arte. La pieza que más me llamó la atención en aquella ocasión fue La Lechera, de Vermeer. No conocía al artista ni sus obras, pero me atrajo por sus colores vivos y la simpleza de la escena. Al curiosear por la tienda, en un libro vi la imagen de otro cuadro que me llamó la atención, La Joven con el Arete de Perla. Resultó que el autor era el mismo, Vermeer, pero el cuadro estaba en el Maurithuis en La Haya. Así que en este segundo viaje quise ir para verlo en vivo.

Al llegar a La Haya nos encontramos con que el Maurithuis estaba en remodelación, pero sus obras maestras se estaban presentando en el Gemeente Museum. Así que caminamos unas cuadras más y llegamos. Entré y pedí el boleto. Vi un par de Rembrandts y otras grandes obras… pero, ¿dónde está La Joven con el Arete de Perla? Resultó que la obra estaba en préstamo, de gira en Japón! Bueno, ya tengo pretexto para regresar a esta ciudad.

Fuimos a otra de las atracciones de La Haya, Escher en el Palacio. Probablemente conozcan a Escher, es un artista de grabados y litografías (“blanco y negro”) de figuras imposibles, como una mano dibujando otra mano o una construcción abierta con varias escaleras donde personas suben y bajan pero la gravedad no hace sentido. Una exposición sumamente recomendable e interesante.

También visitamos Delft, un pequeño pueblo típico holandés donde se elabora la tradicional cerámica azul. Fuimos a una casa donde nos explicaron el proceso de elaboración y pintado a mano. La gran mayoría de la cerámica actualmente es fabricada y pintada en serie. Yo no sabía, pero resulta que Vermeer es originario de Delft. Hay un pequeño museo dedicado al artista, donde explican detalles sobre su técnica, a la entrada de la sala había una gran pared de vidrio con la leyenda “Vermeer is light”, claro, por eso me gustan sus obras.

Y finalmente conocí Zaanse Schans. Si bien es un lugar 100% turístico, brinda una buena oportunidad de conocer un poco de lo que es Holanda fuera de Ámsterdam. A mi me ha gustado más la Holanda fuera de Ámsterdam.

Praga

Yo creo que mi vida anterior sucedió en la época medieval porque disfruto mucho estar y pasear por este tipo de lugares. Praga es una ciudad con calles, edificios, cafés, bares y lugares de gran belleza. Invita a caminar y conocerlos. También hay turistas, muchos, muchos turistas. La comida no es su fuerte, pero la cerveza sí. Ahora que lo pienso, me faltó probar variedades de cerveza, me mantuve en la sencillez de la clara y obscura.

Ocupé el primer día para visitar el Castillo de Praga; le llaman castillo, pero en realidad es un conjunto de varios edificios, jardines e inclusive la Catedral de San Vito dentro del complejo. La Catedral de San Vito combina varios estilos arquitectónicos, el que más me gustó es el estilo gótico. La visita me ocupó buena parte del día hasta la tarde que bajé por el bonito y tranquilo barrio de calles empedradas de Mala Strana hasta llegar al Puente Carlos.

El Puente Carlos es un puente de piedra, con torres medievales en cada extremo y múltiples esculturas a los costados. El río Moldava (Vltava en checo) cruza por debajo. El paisaje, el sol y la neblina dan la oportunidad de tomar fotos espectaculares. El Puente Carlos está todo el día lleno de gente, es un lugar vivo, donde artistas callejeros, vendedores ambulantes y turistas conviven. Me llamó la atención un grupo de jóvenes, tal vez de 18 años, tocando con violines canciones pop gringas, con una caja de madera para las percusiones. Mi hotel estaba muy cerca del Puente, todos los días pasaba por ahí. Me recomendaron visitarlo muy por la tarde y por las mañanas. El puente brinda diferentes vistas y sensaciones a diferentes horas. Un día me levanté a las 6 am. Caminar por el puente en la mañana, con la tranquilidad y casi vacío da una perspectiva distinta. Por las noches los faros, las esculturas y el Castillo iluminado al fondo brindan vistas únicas. Lo mejor fue el último día que tomé un walking tour para madrugadores, a las 8am. No me había tocado la neblina pero ese día había un poco de ella y tuve la fortuna de apreciar el misticismo del lugar. ¡Tomé 106 fotos del Puente! No se preocupen, hice una selección y solo tendrán que ver 31.

Después de caminar un par de días por mi cuenta tomé un tour en bicicleta, bicicleta eléctrica. Es súper cómoda, cuando pedaleas entra el motor, es perfecto para las subidas. No te cansas nada. Durante el tour paseamos por el parque Letna donde se tiene una magnífica vista de los puentes de Praga y por el Petrin Hill, que es un parque con una pequeña torre Eiffel. El guía llamó nuestra atención a la cantidad de árboles frutales, donde cualquiera puede tomar lo que desee. La más rica una pequeña fruta amarilla con sabor a durazno.

Visité lo clásico de Praga, el reloj astronómico, que conserva la misma maquinaria de más de mil años. Iglesias de estilo gótico y caminé por calles medievales. El teatro estatal donde Mozart estrenó Don Giovanni. Una casa donde habitó Kafka. Y por la noche tomé el tour de la cerveza.

Praga es el consumidor número uno de cerveza per capita en el mundo. Cuando llegas a un restaurante y pides una cerveza te traen un tarro de medio litro. El beer tour me llevó a visitar tres micro cervecerías, establecimientos relativamente pequeños que producen su propia cerveza. Normalmente no me gusta la cerveza obscura, pero la que probamos durante el tour me gustó. Recibí mi diploma de beer taster in training de manos de nuestra guía. Al final del tour el grupo decidió utilizar nuestro recién recibido mapa de la cerveza e ir a un bar llamado The Pub. Lo interesante de este lugar es que en cada mesa está instalada la máquina para que los clientes se sirvan directamente la cerveza de barril. Se abre la cuenta por mesa y cuentan la cantidad consumida en litros. Además, al centro del bar hay una pantalla gigante donde se lleva el score por mesa. Empezamos en cuarto lugar, pero claro que logramos llegar al primero.

También hice un viaje a Cesky Krumlov, una suerte de pueblo mágico a tres horas en autobús de Praga. Es un lugar sumamente fotogénico, tranquilo. Su principal atractivo es su castillo y caminar por las calles medievales. Es un lugar más bien visitado por turismo local, aunque también hay mucho turismo oriental. Me parece un excelente lugar para visitar si se ha rentado coche, pero de lo contrario recomendaría quedarse en Praga.

Fecha del viaje: Septiembre 2013

Visitando Varsovia. Dzien dobry Warszawa!

Llegué al aeropuerto de Varsovia alrededor de las 00:00 hrs, había poca gente. Un tipo se acerca y me pregunta: ¿taxi? Por el trayecto a mi hotel su tarifa era de 40 euros. Me pareció una cifra elevada, volteo a ver mis opciones: es invierno y afuera son –15º C, no veo autobuses, taxis o señalización de metro ni nada más. Acepto con el sentimiento de que me están viendo la cara de turista que llega de tierras lejanas sin saber hablar el idioma o conocer la cultura local… Mmmm, a fin de cuentas, eso era yo.
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Szia! desde Budapest

Ya eran las 9 de la noche cuando llegamos a Budapest. Había poca gente en migración. Había 3 agentes atendiendo a los pasajeros y las filas eran de 3 ó 4 personas. Le entrego mi pasaporte a la joven agente que me atiende. Ve la portada con el nombre de México, escanea la página de la foto y empieza a revisar las páginas de las visas, buscando la visa para entrar a Hungría supongo, como no encuentra nada vuelve a ver la portada del pasaporte y pone cara como de “México ???… y ese país cuál será ? necesitará visa ? ” Lo vuelve a hojear y decide tomar el teléfono. En un idioma del que no entiendo ni una palabra, dialoga con algún colega. Cuelga, pone el sello de entrada y me regresa mi pasaporte.
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En tour por Italia

Volé a Roma, ya que ahí me integraría a un tour por Italia. El día que llegué fui a cenar y pedí pizza. Para mi sorpresa sabía prácticamente igual que aquí. Hay dos tipos de pizza, la que pides en un “ristorante” y la que pides por pedazo en un bar o fast food por llamarlo de alguna forma. La pizza que pides en el “ristorante” es igual que la que te dan aquí cuando vas a un restaurante italiano, entera, delgada, doradita. La que pides en el bar o fast food es como la que preparan aquí en las pizzerías. En ambos casos, la diferencia es que en Italia es más doradita y los ingredientes (jamón, champiñón) siempre van completos o en trozos grandes. No hay pizza hawaiana, pero a mi se me hace que es porque no hay piñas, o ha de ser cara la piña, porque a las pizzas le ponen lo que sea !!!

En el tour fuimos a Asís, a la iglesia de San Francisco, a Siena donde compré un par de vinos, son pueblos tranquilos, agradables, rodeados de campos. Luego Florencia. Una ciudad muy bonita. Es la cuna del renacimiento, la tumba de Miguel Ángel está ahí. Vi a mi tocayo, El David, está muy alto, mide 5m. y claro, son admirables los detalles y la expresión de su rostro, y los ojos. Ese día el guía del tour nos recomendó un restaurante “no es para turistas, ahí comen los florentinos…” Fui y pedí Lasagna al Forno y vino. MMMMMMMM… delicioso, riquísimo. Cambió mi percepción sobre las pastas y comer con vino. Es lo máximo. De ahí en adelante siempre comía con vino.
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Primer viaje a París

Llegué a París después de un vuelo directo de 10 horas por AirFrance. Eran como las 15:00, tomé un camión de la misma Air France que te lleva a la ciudad. De la parada caminé a mi hotel que quedaba cerca del Arco del Triunfo. Era un hotel pequeño pero limpio, con tele y baño privado.

Ese día solo fui al Arco del Triunfo, caminando; tuve suerte y llegué a la hora en que hacían el cambio de guardia en la tumba del soldado desconocido. Obscurecía muy temprano, como a las 17:30. Caminé un rato por los Champs Elysees viendo las tiendas y toda la gente que había. La avenida siempre está iluminada y llena de gente.
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